Dentro de las distintas especialidades médicas que un profesional de la salud puede ejercer, la pediatría es una de las más demandadas. Está encargada del cuidado en todas las etapas de crecimiento de los niños y su estado de salud en general. A continuación, te vamos a contar qué es la pediatría y su importancia en la vida de los más pequeños del hogar.
¿Qué es pediatría y en qué se enfoca?
Esta especialidad médica se encarga de estudiar el crecimiento, desarrollo y salud integral de los niños hasta que estos ingresan en la adolescencia. Esta rama de la medicina tiene su foco en los primeros años de vida de los infantes, pues es allí donde pueden detectarse de manera temprana posibles enfermedades que afecten un desarrollo óptimo de su salud.
Teniendo esto en cuenta, a diferencia de otras disciplinas, es preciso aclarar que la pediatría no es una especialidad que se dirija al análisis de las patologías de un órgano en específico, sino que aborda el estudio de la totalidad del cuerpo de aquellos sujetos con características físicas, sociales y psíquicas que resultan diferentes a las de la persona adulta y por tanto, requieren de una atención especial que abarque todas las situaciones de salud que los niños pueden presentar.
Otra misión fundamental que el pediatra tiene en la vida de los niños y los nuevos padres, es la de promoción de hábitos saludables como: incentivar la lactancia durante los 6 primeros meses de vida del recién nacido, explicar al detalle a los padres del bebé el concepto de neofobia, (definido como el rechazo a los nuevos alimentos). Preparar a los papás ante la inapetencia del segundo año de vida de sus hijos, estimular los controles periódicos o de forma inmediata si el médico observa alguna anomalía en el desarrollo del niño, motivar estrategias eficaces para la correcta estimulación de los pequeños y finalmente, el pediatra tiene la ardua labor de la promoción del ciclo de vacunas.
El origen de la pediatría
En primer lugar, es necesario adentrarse en el significado mismo de la palabra pediatría. Etimológicamente, este vocablo significa “el arte de curar niños”, aun así, esta definición no integra la complejidad de lo que esta especialidad trae consigo.
Desde tiempos remotos, el conocimiento de las enfermedades originadas en los infantes aparecen descritos en diferentes documentos como cuadros clínicos por Hipócrates, en el papiro de Ebers se desarrollan capítulos enteros sobre el nacimiento, así como las características de «enfermedades de la lactancia», «molestias en la expulsión de la orina» y «parasitismo intestinal».
No obstante, aunque Inglaterra tiene el mérito de haber fundado un dispensario para la asistencia de niños en 1776, no es sino hasta el siglo XIX, con la aparición de los hospitales para atender a los pequeños, que se marcó en la historia el inicio de la pediatría científica y su consagración como un saber independiente.
Por otro lado, en sus inicios, la atención pediátrica estuvo vinculada al cuidado de las mujeres durante el parto y fue así como empezó a surgir el concepto de atención materno-infantil, pues se entendió la importancia del cuidado tanto de la madre como del niño. Al mismo tiempo, el término perinatología que no es otra cosa que la especialización maternofetal, también comienza a tener relevancia en la historia.
Ligado a lo anterior, en este campo de la medicina a partir del siglo XX se le une la especialidad de la obstetricia, que viene íntimamente ligada a la ginecología y al bienestar tanto de la madre como del bebé recién nacido. Pues se ocupa de la atención de la mujer durante su estado de embarazo, el parto y también, del tratamiento a enfermedades del aparato reproductor femenino.
Finalmente, es para el siglo XIX que la pediatría desarrolla su base científica, teniendo sus principales exponentes en Alemania y Francia. Posteriormente a esto, se crean los primeros hospitales modernos donde la pediatría es una especialidad con entidad propia, que continuaría desarrollándose en los siglos siguientes hasta tener la relevancia que posee en la actualidad.
Edades en las que interviene el pediatría
La pediatría es una especialidad que abarca desde el nacimiento del infante hasta la adolescencia. De esta manera, se pueden identificar cinco períodos en los que esta rama de la medicina actúa: en primer lugar, el recién nacido (periodo que comprende las primeras 4 semanas posteriores al nacimiento).
En segundo lugar se encuentra el grupo de los niños lactantes, que suelen ir desde el primer día de nacido hasta los 12 meses de vida. Posteriormente, el niño de 1 a 6 años de edad. Luego, los infantes con edades que oscilan entre los 6 y los 12 años. Y finalmente, la adolescencia, comprendida entre los 12 y los 18 años de edad. Después de este periodo, los jóvenes que así lo requieran continuarán bajo observación del médico pediatra, de lo contrario, pasan a ser atendidos por los diversos especialistas que se ocupan de la salud en la edad adulta.
¿Cuáles son los objetivos de la pediatría?
Dentro de los principales objetivos de un médico pediatra se destacan: la erradicación o control de enfermedades virales e infecciosas que afectan a los niños y adolescentes, la reducción de mortalidad infantil y mejora en la calidad de vida de niños con enfermedades crónicas.
Además, el especialista en pediatría se encarga del diagnóstico de patologías graves como la Poliomielitis, que afecta a los nervios y puede llevar a una parálisis parcial o total; la infección por Tuberculosis, capaz de dañar los pulmones; la Difteria, que aunque no es muy común debido a la eficacia de la vacuna, aún hoy día, hay casos en los que se presenta y afecta particularmente la nariz y la garganta; Tos Ferina, causante de un tipo de tos violenta que dificulta la respiración; Tetanus, que ocasiona espasmos musculares intensos y demás enfermedades de los distintos sistemas del cuerpo que pueden ser desarrolladas a lo largo de la niñez.
Hoy en día, el pediatra es un especialista que no solamente trata de forma inmediata a los niños enfermos sino que, además, asiste los efectos a largo plazo sobre su capacidad de desarrollo, calidad de vida y tratamiento general en casos de padecimientos específicos como: problemas del comportamiento, retrasos en el desarrollo, incapacidades funcionales, trastornos mentales o tensiones sociales, entre otras cosas que afectan psíquica y socialmente al niño.
Finalmente, en lo que respecta a su actividad de diagnóstico y tratamiento, las funciones de pediatría llevan al profesional a actuar sobre diversas condiciones y afecciones como pueden ser: infecciones, condiciones genéticas, condiciones congénitas, enfermedades o disfunciones de órganos, diferentes tipos de cáncer, entre otras posibilidades.
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